domingo, 14 de febrero de 2010

Hoy es domingo. Es un día para descansar y no preocuparse. De ocuparse de uno mismo un poquito más que el resto de los días. Por eso en lugar de leer sobre algo o alguien os progongo leer una breve poesía de alguien especial, Cristina Martin-Princesa Inca. Pero antes, y por ser domingo quería recordar la figura de alguien también especial, el cardenal Carlo María Martini. No os preocupéis que seré muy breve. Este jesuita de nombre tan atractivo es de los pocos que se atrevió a pedir abiertamente dentro de la iglesia un debate sobre las cuestiones de nuestro tiempo. En un tiempo soñó con una iglesia pobre y humilde que se ocupara realmente de la fé de los humanos. Por eso pidió de manera clara abordar la homosexualidad, el sexo antes del matrimonio, los anticonceptivos, el celibato, la ordenación femenina y la ordenación sacerdotal para casados de probada fé. Y lo pide con total humildad desde sus dudas y miedos. Cuesta creer que éste hombre de probadísima lealtad cristiana diga que a veces miró al Crucifijo dudando si era digno de ser amado o no por Dios. Si queréis ampliar ésta información hay un libro titulado Coloquios Nocturnos en Jerusalén, a modo de testamento espiritual. Saludos cordiales a éste gran pensador.



Y ahora la poesía de la Princesa Inca. Os advierto que es un poco fuerte y de una belleza inusual para ser una poesía, pero...¡qué es la poesía sino la expresión del alma...!



A TODOS ELLOS



A los que quedaron dormidos en el nunca,

a los que sueñan sus verdades y se las niegan,

a los que tienen mucho miedo y lloran por cualquier cosa,

y se ocultan la cara de verguenza.

A los tímidos, a los solos, a los raros,

a los que dudan y dudan y les llaman inmaduros, débiles.

A los que duermen en la fría cama del psiquiátrico,

a las madres que cogen la mano de su hijo ingresado.

Os digo que no nos vendan verdades, que la verdad no existe,

la verdad y la razón son creaciones del hombre, para doler, para medir.

Hay que luchar contra el silencio, y la ignorancia,

somos personas, no enfermos.

¿Quién tiene la verdad absoluta, la realidad absoluta?

...Que la muestre, que la enseñe si puede...

¡Es mentira, mentira, no existe!

A los que llevan cicatrices de haberse rajado las venas,

a los que consiguieron no rajárselas,

a los que les paraliza la angustia,

les paraliza para ver, soñar, amar.

A los que llaman vagos, idiotas, locos, débiles.

No escuchéis la voz de los que viven sólo para afirmar, controlar,

o los que saben adónde van, dónde están, quienes son,

a los que llevan la frente alta y no les tiembla la voz.

A los que la ansiedad-la sociedad les hace fumar dos paquetes diarios,

a los que no son sociables, ni aptos, ni lúcidos,

ni extrovertidos, ni empáticos, ni asertivos, ni normales.

A los que nunca superarán un test psicotécnico,

a los que llevan medicación en el bolso y el monedero vacío.

A los que ahora están atados a una cama y no nos oyen,

a los psiquiatras que abrazan a sus pacientes,

y pidieron alguna vez consejo al que llamaron esquizofrénico.

A los que tenemos certificado de disminución

y leemos a Lorca y a Nietzsche y lo que haga falta.

A los que no soportan el túnel y se fueron para siempre,

a los que atravesamos cada día el túnel agarrados a las paredes negras.

A todos los que saben o quieren escucharnos,

y no se fían sólo de los manuales, libros, tesis, estudios y estadísticas.

A los psicólogos que dan besos.

A los que hemos pasado ya el infierno y el cielo y no queremos volver

nunca más allí.

A los que roban dolor y devuelven en sonrisas, dice Sabina.

Y sobre todo, a esas pupilas dilatadas de tanta química que

miran aturdidas y absortas pero tienen luz más hermosas:

"Que no existe locura sino gente que sueña despierta"



Cristina Martín - Princesa Inca

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Hoy os sugiero que volváis a ver "Notting Hill" en COSMOPOLITAN a las 22:00 horas.

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Para ahorrar bastantes céntimos al mes en pan congeladlo todo, hasta el trozo más pequeño. Al día siguiente estará igual de sabroso.

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