Hasta hoy el límite para que sobreviviera un neonato estaba situado en los 275 gramos. Esta era la cifra exacta que pesó un bebé en Alemania. Nació a la 25 semanas de gestación en Junio del año pasado en la Universidad Médica de Gotinga. Lo sabemos ahora porque los médicos optaron por la cautela y ante las dudas presentadas tras la dificultad de que siguiera adelante. Desde un principio supieron que sus probabilidades eran muy pocas. Antes de este niño han nacido tres niñas con los los mismos precedentes y han salido adelante. En el caso de ahora, el niño, además de los cuidados propios de un prematuro, está siendo sometido a "estimulación precoz". Este caso supone un nuevo avance en la neonatología. Los bebés prematuros se enfrentan, entre otros, a problemas de inmadurez orgánica o la falta de equipos adaptados para los cuidados. Esta vez, el niño se vió favorecido por el tiempo de gestación. De los dos factores que influyen en la supervivencia de un recien nacido (tiempo y tamaño), está demostrado que el que cuesta más rebajar es el primero. Los avances en microcirugía y en micromedicina permiten sacar adelante a niños más pequeños, pero, en cambio, parece que hay un límite inferior de tiempo que un feto debe estar en el vientre materno antes de ser un bebé viable. Este límite está en las semanas 21 o 22. Y por hoy es imposible reducir.
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