martes, 20 de abril de 2010

SE OFRECE VIRGEN A AHMADINEYAD

Despreciado por casi todo el mundo, en el poder fraudulentamente, castiga la homosexualidad con la muerte, piensa de las mujeres que son seres inferiores, si pudiera barrería Israel, etcétera. Sin embargo, y precisamente por su forma de ver el mundo, de Mahmud Ahmadineyad está enamorada Silvia Valerio. Es una estudiante italiana de 19 años que le encuentra irresistible. Lo está tanto que ha escrito un libro en el que además de manifestar su amor por el presidente de Irán, le ofrece su virginidad. "Me gusta y le ofrezco mi flor, aún pura. Me gusta porque no se anda con medias tintas, porque no se le llena la boca de palabras como derechos, dignidad, subsidios, paz, libertad; porque es el último hereje de nuestros tiempos, porque niega el holocausto y piensa usar la bomba atómica, porque trata de silenciar a la oposición, porque amenaza a Estados Unidos, porque no permite a las mujeres sentir el viento entre sus cabellos". Como vemos, son muchos los motivos que tiene esta extraña mujer para amarle. Tantos que con ellos fué capaz de llenar un libro de elogios de 80 páginas. Se titula Había una vez un presidente y lleva por subtítulo Ius primae noctir (derecho de pernada, en latín). Se supone, sanamente esta vez, que todo obedece a una estrategia de marketing para vender y hacerse famosa.
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LIBRO: "Zonas húmedas" de Charlotte Roche. La historia se centra en la vida de una joven de 18 años que es operada de hemorroides. El estilo narrativo es desinhibición total y afán de crear revuelo poniendo contra las cuerdas el "buen gusto", exponiendo un amplio y exhaustivo catálogo de secreciones femeninas. No es un alegato feminista, cuenta cosas extravagantes sobre defecar, lavarse, tener la regla, depilarse, sufrir dolor o gozar cómo y dónde. También hay inteligencia y críticas a moral higiénica y sexual. Incluso hay reflexiones filosóficas, pues Helen, la protagonista, como buena alemana, ha sido educada para pensar. No sabemos a ciencia cierta si todo ese derroche de extremismo, entre la pornografía y lo sórdido, sería necesario para apreciar el esfuerzo de una buena novela, donde la voz juvenil es bastante creíble y la soledad de Helen escalofriante.

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